El error
Yo pensé que usted y yo podíamos con esto, de verdad pensé que después de esa noche nada debería cambiar, no había un porquè, pero resulta que las cosas no son tan sencillas. Yo me muero de celos cuando lo veo con alguien y usted no puede sostener ni un segundo la mirada conmigo. De corazón lamento lo ocurrido y créame que esto me quedara de lección para el resto de la vida. Por ahora me voy a costumbrar a su frío trato, a las sonrisas ignoradas y los incómodos silencios que se forman entre usted y yo. Espero con esto que ayude a sanar todas esas ilusiones que quedaron abiertas, aunque de esas la única culpable soy yo, lo reconozco. Ojala algún día podamos al menos mirarnos como si todo fuera parte de un absurdo sueño en el que los dos coincidimos y nuevamente pueda reír de las cosas que antes me hicieron quererlo tanto, pero esta vez procurare que no sea tanto como para volver a caer con usted. Pd: Recuerde que lo quise antes de amarlo.